ACTIVOS FIJO
Los activos fijos, también conocidos como activos no corrientes o activos de larga duración, son bienes y propiedades que una empresa posee y utiliza en sus operaciones diarias para generar ingresos, y que no se espera vender o convertir en efectivo en el corto plazo. Estos activos tienen una vida útil prolongada y no están destinados a la venta como parte de las operaciones normales de la empresa.
Los activos fijos pueden clasificarse en varias categorías, entre las cuales se incluyen:
- Propiedades, planta y equipo (PP&E):
- Edificios
- Maquinaria
- Vehículos
- Mobiliario y equipo de oficina
- Activos intangibles:
- Patentes
- Marcas comerciales
- Derechos de autor
- Licencias y permisos
- Mejoras de terrenos:
- Obras de infraestructura
- Mejoras permanentes en terrenos (como estacionamientos o caminos internos)
Los activos fijos se registran en el balance general de una empresa y generalmente se deprecian (en el caso de los tangibles) o amortizan (en el caso de los intangibles) durante su vida útil estimada. La depreciación y la amortización son procesos contables que permiten distribuir el costo de un activo a lo largo de su vida útil, reflejando su desgaste o agotamiento con el tiempo.