ACTIVOS FIJO

Los activos fijos, también conocidos como activos no corrientes o activos de larga duración, son bienes y propiedades que una empresa posee y utiliza en sus operaciones diarias para generar ingresos, y que no se espera vender o convertir en efectivo en el corto plazo. Estos activos tienen una vida útil prolongada y no están destinados a la venta como parte de las operaciones normales de la empresa.

Los activos fijos pueden clasificarse en varias categorías, entre las cuales se incluyen:

  1. Propiedades, planta y equipo (PP&E):
    • Edificios
    • Maquinaria
    • Vehículos
    • Mobiliario y equipo de oficina
  2. Activos intangibles:
    • Patentes
    • Marcas comerciales
    • Derechos de autor
    • Licencias y permisos
  3. Mejoras de terrenos:
    • Obras de infraestructura
    • Mejoras permanentes en terrenos (como estacionamientos o caminos internos)

Los activos fijos se registran en el balance general de una empresa y generalmente se deprecian (en el caso de los tangibles) o amortizan (en el caso de los intangibles) durante su vida útil estimada. La depreciación y la amortización son procesos contables que permiten distribuir el costo de un activo a lo largo de su vida útil, reflejando su desgaste o agotamiento con el tiempo.